Autor: Raúl Eyzaguirre
Introducción
Ante la creciente demanda por impulsar la transformación digital en la industria de la construcción, cada vez más profesionales aspiran a desarrollar capacidades tecnológicas orientadas hacia un perfil de BIM Manager. A pesar que esta etiqueta profesional posee variados enfoques, alcances y requerimientos, no uniformizados, en el mundo del diseño y la construcción; es importante al menos aclarar que sus funciones van más allá de ser un experto en el manejo de alguna o varias herramientas BIM específicas. Estas capacidades deben complementarse con habilidades sociales y de gestión, además de experiencia, las cuales en su conjunto formarán un perfil integral para afrontar los grandes retos relacionados con implementar BIM en los proyectos y organizaciones.
Bajo este contexto, les comparto los cinco errores típicos que todo aspirante o actual BIM Manager debe evitar en el marco de su gestión, para sobresalir y aumentar las probabilidades de éxito:
Optimismo exagerado en las expectativas BIM
Es tentador, y por ende frecuente, orientar los esfuerzos y definir objetivos relacionados a BIM siguiendo únicamente nuestro entusiasmo, generalmente formado por el excesivo discurso comercial acerca de las funcionalidades de las distintas herramientas BIM presentes en el mercado. Es fácil caer en esta trampa -evidentemente no intencionada- si es que no adoptamos un análisis juicioso y partiendo primero de las necesidades del proyecto, de manera que aseguremos que todo esfuerzo en BIM esté direccionado siempre hacia generar valor desde la perspectiva del proyecto.
Generación de intimidación tecnológica
Una de las causas que alimenta una mayor resistencia al cambio en la organización, es justamente lo intimidante que pueden llegar a ser las nuevas tecnologías, sobre todo frente a personas no tan cercanas al mundo digital, quienes se pueden sentir amenazadas por estos cambios en las herramientas y formas de trabajo. Las estrategias BIM dispuestas para el proyecto, deben considerar variables emocionales como la pérdida de poder en la organización, la falta de control en las operaciones, el miedo a lo desconocido, hasta incluso la probabilidad de pérdida de trabajo a mediano o largo plazo. Esto no quiere decir que intentar usar BIM necesariamente ocasione estos resultados, pero muy probablemente provoque sensaciones similares en los actores.
Mi torre de marfil BIM
El aporte al proyecto se minimiza tremendamente si adoptamos un enfoque de área independiente y solitaria. En el otro extremo, el valor hacia el proyecto se potencia si la estrategia lleva intrínsicamente un componente social y altamente colaborativo. Es imperativo, plantear procesos diseñados de manera conjunta, en los cuales se establezcan compromisos claros de solicitud y entrega de información entre las áreas participantes y los involucrados. Caminar solos, pensando exclusivamente en la eficiencia de los procesos BIM y no en la eficiencia del proyecto, llevará a logros ficticios no vinculados fuertemente a los del proyecto.
Ser un experto en BIM, no te hace un experto en gestión de proyectos
El tomar el camino de especializarse en BIM no es un atajo directo hacia una gerencia o dirección de proyectos. Alcanzar ello involucra mucho más que sólo el aspecto técnico. Sin embargo, lo que sí puedo afirmar con base a mi experiencia, es que el dominar las herramientas, técnicas y prácticas relacionadas a BIM te abre un abanico de oportunidades de aprendizaje mucho mayor, gracias a la transversalidad de su aplicación en diferentes áreas de conocimiento de la gestión de proyectos.
El aparente fin último: El modelo BIM
Estoy de acuerdo en que teniendo un modelo BIM de calidad -con información estructurada desarrollada bajo procedimientos específicos- es uno de los objetivos que debe perseguir y mantener un equipo BIM. El riesgo está en que ello se convierta en el único fin y pierdan visibilidad y sensibilidad de cómo el modelo BIM y sus aplicaciones deben apoyar a las decisiones y estrategias del equipo del proyecto. ¿De qué sirve tener un modelo BIM bajo el más alto estándar, si no es utilizado en beneficio de los decisores del proyecto? O incluso existen casos en que el modelo se usa únicamente como herramienta de trazabilidad, registrando lo ejecutado en el diseño u obra en el mismo; que por cierto es una aplicación, pero ¿Es realmente el principal aporte de BIM?
Es momento de empezar a medir el desempeño de BIM en función de no sólo que tan bien modelado esté, sino principalmente que tanto está ayudando a las personas del proyecto a evaluar distintas alternativas, a tomar mejores decisiones, a la rapidez con la que analizamos los procesos y a la capacidad de resolver potenciales problemas. Estas son algunas de las lecciones aprendidas que me permito compartir, con el propósito de aportar a todos los profesionales que siguen o seguirán este camino, y que si identifican patrones similares en sus proyectos, puedan dedicarle unos minutos a pensar y reaccionar oportunamente para evitar poner en riesgo todo su esfuerzo de implementación. Estoy seguro de que podrán complementar estas cinco sugerencias con su experiencia, y así alentar una mejora continua colectiva.